Diluciones homeopáticas. ¿Hay algo detectable en ellas?


Es popularmente muy conocido que los medicamentos homeopáticos se encuentran altamente diluidos. Se habla de “dosis homeopáticas” cuando se hace referencia a una cantidad muy pequeña. La historia de estas diluciones es de alguna manera accidental y es como sigue. El principio básico de la homeopatía es el de la similitud: una sustancia capaz de producir determinados síntomas y alteraciones en un individuo sano, es capaz de curar o aliviar manifestaciones semejantes en un enfermo. Hahnemann, creador del método homeopático, comenzó sus observaciones usando dosis relativamente elevadas de sustancias medicinales y se encontró con que de esa manera desencadenaba, por lo menos al comienzo del tratamiento, una agravación de los problemas de sus enfermos. Para evitar estas reacciones, de manera progresiva comenzó a utilizar dosis cada vez más pequeñas y como observaba efectos terapéuticos positivos, continuó disminuyéndolas.

A partir de Hahnemann y hasta la actualidad, la forma de preparar un medicamento homeopático consiste en tomar una parte de la sustancia medicamentosa, por ejemplo una tintura vegetal, diluirla en 99 partes de alcohol de alta graduación o agua destilada y sacudir el frasco vigorosamente 10 a 30 veces. El resultado se denomina 1ª dilución centesimal o 1CH. De esta última se toma una parte y se diluye en 99 partes de alcohol o agua destilada y se vuelve a sacudir, produciéndose así la 2CH. Y así se continúa. Dos diluciones muy utilizadas por los homeópatas son la 6CH y la 30CH. La primera tiene una concentración teórica de la sustancia original de 1 en un billón (1 en 1012) y la segunda de 1 en 1060. Este procedimiento tiene variantes cuando se trata de sustancias insolubles y si bien hay otras formas de preparar medicamentos homeopáticos, es la más utilizada.

Estamos hablando de cantidades tan mínimas que el pensamiento crítico surge de inmediato: no puede haber nada en las preparaciones homeopáticas. Pero, ¿es esto realmente así? Nuevos y estimulantes desafíos nos llegan hoy de la experimentación física, química y biológica. Veamos algunos de ellos.

Termoluminiscencia de diluciones ultra-altas de cloruro de litio. Los experimentos del físico suizo Louis Rey

Si se congela agua pura (H2O) a -200°C, se la irradia con rayos X y se la deja calentar lentamente, durante el proceso de calentamiento, el agua emite fotones (luz) que puede ser media en su intensidad, con dos picos de emisión a diferentes temperaturas. La explicación es que los rayos X desplazan de sus órbitas a algunos electrones que quedan atrapados en órbitas más lejanas por la bajísima temperatura. Al aumentar la temperatura los electrones desplazados vuelven a sus órbitas originales desprendiendo un fotón de luz. Si en vez de agua pura se utiliza una solución de cloruro de litio, el segundo pico de emisión es suprimido completamente. Aquí las explicaciones son hipotéticas: se cree que este segundo pico depende de los puentes de hidrógeno entre moléculas de agua y que el litio rompe éstos puentes de hidrógeno. Este experimento funciona mejor con óxido de deuterio (D2O, agua pesada), el cual emite luz de mayor intensidad.

Pero, y aquí viene lo más interesante, si el experimento se hace con una dilución ultra-alta de cloruro de litio preparada según la técnica homeopática, la 15CH, el segundo pico de emisión de luz disminuye drásticamente. Aunque ya no haya litio detectable en la dilución, su efecto físico-químico persiste (ver figura 1).1

Muy importante es que este experimento es reproducible: fue repetido por el mismo Rey para otras sustancias químicas y por otro grupo independiente de investigadores, obteniendo resultados similares.2,3

  Fig. 1– Termoluminiscencia de diluciones ultra-altas de D2O después de la irradiación con rayos gamma a 77°K (19 kGy).

 

La insólita experimentación del premio Nobel de medicina Luc Montagnier

Este investigador publicó una serie de experimentos de gran complejidad y con resultados inesperados. Nos interesa destacar de ellos sólo algunos aspectos. Montagnier filtró cultivos de diversos gérmenes. Para ello utilizó filtros con poros muy pequeños: 20 a 100 nM. Un nM (nanómetro) equivale a la millonésima parte de un milímetro. A continuación creó diluciones estos filtrados según la técnica homeopática de pasos sucesivos y agitación, de 1/104 a 1/1013. Utilizando mecanismos de amplificación electrónica constató que estas diluciones de los filtrados emiten señales electromagnéticas de baja frecuencia. Ni los filtrados sin diluir ni los cultivos de gérmenes emiten estas señales electromagnéticas. La hipótesis de Montagnier es que en estos filtrados existirían “nanopartículas” (llamadas así por su tamaño diminuto) que sólo podrían emitir señales electromagnéticas cuando son suficientemente pocas como para no interferir unas con otras. En las experiencias de Montagnier se pueden diferenciar con claridad las emisiones electromagnéticas de los filtrados del ruido electromagnético de fondo (ver figura 2).4

 Fig. 2– Señales electromagnéticas emitidas por diferentes diluciones del filtrado del cultivo del germen Mycoplasma pirum, más activas en las diluciones D7 a D12 (1/107 a 1/1012). Se diferencian bien del “ruido de fondo.” La suspensión no filtrada no diluida del germen (NF) no emite señales.

 

¿Hay materia en las diluciones homeopáticas?

La discusión es tan antigua como la homeopatía. En teoría no habría materia. Con cierta liviandad, algunos creen que habría sólo energía, olvidando que la energía siempre emana de una fuente material. Si hay algo presente en las diluciones homeopáticas, lo está en cantidades hasta hacía poco tiempo no se podía detectar. La respuesta, también inesperada por contradictoria con la teoría, nos llega de investigaciones muy recientes. A científicos del Indian Institute of Technology de Bombay se les ocurrió algo realmente ingenioso: volver a concentrar las diluciones homeopáticas por evaporación. Trabajaron con preparaciones homeopáticas 6 metales (oro, platino, plata, zinc, estaño y cobre) en diluciones 6CH, 30CH y 200CH. Por medio de técnicas sofisticadas, pudieron detectar que todas las diluciones contienen nanopartículas, la mayoría de ellas menores de 15nM, y que además esas nanopartículas se corresponden químicamente a las sustancias originales. La concentración de estas partículas oscila entre 60 y 4000 pg/ml (picogramos por mililitro. El picogramo es la billonésima parte del gramo). Más sorprendente aún, no hay diferencia significativa en la concentración de las partículas entre las diluciones homeopáticas 6, 30 y 200, sugiriendo que llegado un punto en el proceso de dilución/agitación esta se estabiliza y no continúa disminuyendo como habría de esperarse (ver figura 3).5

Estas experiencias también fue reproducida por otro grupo de investigadores del mismo instituto, pero con sustancias vegetales: Pulsatilla, Colchicum y Belladonna. También encontraron nanoparticulas cristalinas en las diluciones homeopáticas 15CH de estas sustancias.6

 

 
Fig. 3– Presencia de nanopartículas de estaño (Stannum) en dos diluciones homeopáticas (30CH y 200CH), provistas por dos laboratorios diferentes. Microscopía por transmisión de electrones.
 

La agitación. Paso clave en el proceso de preparación de los medicamentos homeopáticos

De manera consistente, la investigación biológica ha mostrado que si en el proceso de preparación de las diluciones homeopáticas estas no son sacudidas vigorosamente, el resultado es que son biológicamente inactivas.

Una posible explicación para este fenómeno podría ser el que mencionan los investigadores de las publicaciones citadas.2,5 Estos hacen referencia a un fenómeno bien estudiado. Cuando una solución dentro de un recipiente es agitada vigorosamente, tal como se hace en la elaboración de medicamentos homeopáticos, se forman miles de millones de nanoburbujas, muchas de las cuales estallan en nanosegundos. Estas diminutas burbujas poseen elevadísima temperatura y presión locales (aproximadamente 5000 °C y 1000 atmósferas, respectivamente). Al estallar generan intensas ondas de choque impulsando las partículas presentes a muy altas velocidades. Estas burbujas podrían tener un rol decisivo en la génesis de los fenómenos descriptos en esta nota.

El sílice, un eslabón importante

Otra serie de experimentos ha mostrado que debido al mismo proceso de agitación ya mencionado, se desprenden partículas de sílice de los tubos de vidrio en que se preparan los medicamentos homeopáticos. La concentración de estas partículas es mínima si no se recurre a la agitación de los tubos. La experimentación biológica ha podido asociar la presencia del sílice en las diluciones a la preservación de la actividad de las mismas (ver figura 4).7

 

      Fig. 4– Partícula de sílice coloidal en una dilución homeopática. Microscopía electrónica.

 

Discusión y conclusiones

Evidencias experimentales de diversos orígenes empiezan lentamente a develar algunos elementos de una posible estructura de las diluciones homeopáticas. Hoy se pueden afirmar tres cosas acerca de ellas

  • Estas elevadísimas diluciones no están “vacías” sino que contienen nanopartículas de los materiales de los cuales se partió.
  • Que precisamente debido a la bajísima concentración en que se encuentran estas partículas, emitirían señales electromagnéticas propias de cada una de ellas.
  • Que el comportamiento físico de las diluciones varía de manera también característica para cada material de origen.

Quedan, desde luego, muchos interrogantes por responder. Pero por primera vez poseemos una serie de pistas firmes sobre las cuales trabaja

Referencias

1-     Rey L. Thermoluminescence of ultra-high dilutions of lithium chloride and sodium chloride. Physica A: Statistical Mechanics and its Applications. 2003;323(0):67–74. http://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0378437103000475

2-     Rey L. Can low-temperature thermoluminescence cast light on the nature of ultra-high dilutions? Homeopathy. 2007;96(3):170–4. http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/17678813

3-     van Wijk R, Bosman S, van Wijk EPA. Thermoluminescence in ultra-high dilution research. J Altern Complement Med. 2006 (5):437–43. http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/16813507

4-     Montagnier L, Aïssa J, Ferris S, Montagnier J-L, Lavalléee C. Electromagnetic signals are produced by aqueous nanostructures derived from bacterial DNA sequences. Interdisciplinary Sciences: Computational Life Sciences. 2009;1:81–90. http://www.springerlink.com/content/0557v31188m3766x/

5-     Chikramane PS, Suresh AK, Bellare JR, Kane SG. Extreme homeopathic dilutions retain starting materials: A nanoparticulate perspective. Homeopathy. 2010;99(4):231–42. http://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S1475491610000548

6-     Upadhyay RP, Kayak C. Homeopathy emerging as nanomedicine. Int J High Dilution Res 2011; 10(37): 299-310. http://www.feg.unesp.br/~ojs/index.php/ijhdr/article/view/525/551

7-     Ives JA, Moffett JR, Arun P, Lam D, Todorov TI, Brothers AB, et al. Enzyme stabilization by glass-derived silicates in glass-exposed aqueous solutions. Homeopathy. 2010;99(1):15–24. http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/20129173

 

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